Como muchas de las piezas de nuestro armario, como el cobertizo, la piel proviene del mundo militar. Aparecido a finales del siglo XIX, fue inicialmente el uniforme de los ejércitos británicos en la India, apreciado por su ligereza ante un clima cálido.
Es fundamental suavizar este tipo de pantalones con piezas más sobrias. Como era de esperar, el azul marino del suéter funciona perfectamente. Este se opone muy bien a la elegancia de los jeans y el derby, al tiempo que aporta cierta indiferencia que se presta bien a la chaqueta safari.
Las zapatillas recogen los colores del look, y así finalizan el outfit. También aportan mucho dinamismo al outfit: el mismo look funcionaría con botas, pero transmitiría ideas muy diferentes.
En looks relativamente sencillos, es importante cuidar los materiales y las texturas.
El vaquero crudo se utiliza como aglutinante del outfit, y las pisamierdas retoman las tonalidades del pelo (podríamos haber imaginado también un modelo gris, haciendo referencia a la camiseta).
De lo contrario, no hay nada complicado. No te confundas: es un look espontáneo, y debe seguir así.
Encontramos el combo beige/azul destilado en todo el atuendo, sin preocupación por la armonía de los colores.
De hecho, puedes introducir toques más sostenidos, como aquí con las zapatillas New Balance y la gorra burdeos. Esto trae un giro y evita cualquier monotonía.
Además, la curvatura del pelo da estructura al conjunto: contrasta con otras piezas menos entalladas.